De vez en cuando algún cazador me trae los cuchillos, navajas o luchaderas de los Jabalis, es decir los colmillos. Les suelo hacer capuchas en plata para exponerlos sobre una tabla moldeada y aquí voy a enseñaros el laborioso trabajo que ello acarrea.
Primero se rellena el diente con masilla o resina, luego se lima lo que sobra, se prepara la chapa en la laminadora hasta conseguir el grosor deseado, después se dispone la virola rodeando la base del colmillo y se ajusta bien la medida.
Luego se pone soldadura en la unión, se suelda con el soplete, se lija y se reajusta en el colmillo.
Más tarde con otra plancha de plata se suelda el fondo, se mete en el decapante para eliminar el borax de la soldadura, se lima el exceso de chapa y se lija con el motor.
Una vez lijado y decapado se le suelda un vástago de sujeción, luego se presenta sobre la pieza para ajustarlo mejor, se pule en la pulidora con un borrego de algodón impregnado en pasta de pulir, se pega al colmillo y listo para ser expuesto en una peana.
No solo se pueden hacer trofeos de caza sino que también de esta manera se pueden hacer collares, colgantes, pulseras, pendientes etc, solo hay que usar la imaginación y como habéis visto, unas horas de trabajo. www.arsgentum.com
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